No sabemos exactamente su origen, pero sí está claro que es el resultado de un experimento, puede ser un simio genéticamente transformado en humano, o viceversa. El juego físico-gestual-interpretativo desde un “ser” no tan diferente ni lejano a nuestra humanidad, y con su comportamiento instintivo, un lenguaje de comunicación que el público va desvelando y empatizando desde el primer momento, es el camino marcado adrede para generar esta multitud de emociones, sensaciones e imágenes sugerentes. Un ser de una profundidad en la comunicación con los humanos desde la curiosidad, acercándose con delicadeza y ternura y ganando su confianza. ¿Es el eslabón perdido? ¿Es un experimento científico fallido? Es el transhumano del futuro? No está claro, pero sí podemos comprobar que su presencia tiene un magnetismo especial, como el de un elemento de museo, una pieza única del pasado o del futuro, visto por primera vez, en el observador se genera esa curiosidad, atracción que no lo deja indiferente. Una técnica desarrollada a través de los años, de precisa ejecución por su demanda física por las posturas que hay que mantener y de concentración en el estado instintivo para reaccionar desde un lugar de espontaneidad ante la realidad que se presente. |